¡Empezamos nuestro viaje con destino a Tailandia!

Creemos que es importante hacer piña desde el primer momento, por lo que quedamos con todos nuestros warriors en el aeropuerto del Prat. El viaje consta de 2 vuelos: el primero con una duración de 6 horas con escala en Doha y un último vuelo con una duración de 7 horas hasta nuestro destino final, Phuket.

Una vez en Phuket, ponemos rumbo a nuestros apartamentos en Fitness Street, el paraíso para los amantes de los deportes de contacto, artes marciales y deporte en general.

Para nosotros, el descanso y el confort son primordiales, por lo que una vez hecho el check-in nos instalaremos en nuestros bungalows individuales de 30 m² con aire acondicionado, cama de matrimonio y una piscina para todos nuestros guerreros.

Terminaremos el día con un paseo por los diferentes sitios donde entrenaremos y cenando en uno de los restaurantes autóctonos más conocidos de la zona.

Nos dirigimos a nuestro primer entrenamiento de Muay Thai.

Fitness Street tiene vida propia y desde primera hora de la mañana hay muchísima gente entrenando y haciendo diferentes actividades. Es muy motivador estar rodeado de gente con tantísima energía de diferentes partes del mundo.

Realizamos el entrenamiento de Muay Thai, que tiene una duración de 2 horas, supervisado por los Krus (nombre por el cual se conoce a los profesores de Muay Thai). Es importante empezar de una manera progresiva, ya que requiere tiempo acostumbrarse al clima de Tailandia. Después de un buen entrenamiento, por la tarde, y tras haber cargado las pilas, pondremos rumbo a Patong para disfrutar de su vida nocturna.

Cogemos el bañador de buena mañana porque hoy nos dirigimos a las playas de Rawai.

Paisajes increíbles, agua cristalina y la mejor compañía son la mejor manera de recuperarse de un buen entrenamiento y acabar de acostumbrarse al clima de Phuket.

Pasaremos el día en la playa haciendo diferentes actividades, comiendo en los típicos restaurantes de playa y disfrutando de un clima paradisíaco.

 Por la tarde, nos dirigimos al mercado nocturno de Naka, donde podremos disfrutar de la gastronomía tailandesa, comprar diferentes souvenirs, escuchar música en directo y, para los más valientes, probar los famosos insectos.

Vamos con la rutina del Guerrero.

 De buena mañana, nos dirigimos a realizar el primer entrenamiento del día, aumentando la intensidad y aprovechando al máximo las 2 horas de clase.

 Hoy es un gran día, ya que introducimos el famoso baño de hielo, donde pondremos a prueba la resistencia física y mental de nuestros guerreros.

Por la tarde, nos dirigiremos a ver el Gran Buda, una majestuosa estatua que se puede ver desde gran parte de la isla y que ofrece unas vistas panorámicas espectaculares.

Empezamos con nuestra rutina diaria con un buen entrenamiento de Muay Thai por la mañana, un baño de hielo para los guerreros más valientes y el plato estrella de hoy: la galería de tiro.

Una galería de tiro donde vamos a poder vivir una experiencia única que muy difícilmente se puede hacer en otros países, como disparar pistolas, revólveres, escopetas y hasta ballestas. Todo esto bajo unas medidas de control muy rigurosas que hacen que podamos disfrutar sin ningún riesgo.

Para terminar este día de adrenalina, cenaremos en uno de los restaurantes más conocidos con los compañeros de entrenamiento de todo el mundo que hemos ido conociendo estos días.

Cada día que pasa nos vamos acostumbrando al clima de Tailandia y poco a poco podemos ir aumentando el rendimiento en los entrenamientos.

 Por eso, en nuestro séptimo día, después de la sesión matinal y de habernos recuperado un poco en la piscina, por la tarde hacemos una sesión de clases particulares, donde estaremos uno a uno con un Kru puliendo y practicando todas las técnicas.

Hoy, después de un día agotador de entrenamiento, nos dirigimos al Bangla Stadium para disfrutar de una velada de Muay Thai, donde peleadores tailandeses y extranjeros compiten al más alto nivel. Una experiencia única que te pondrá los pelos de punta.

Dos horas seguidas de entrenamientos de Muay Thai, baños de hielo, clases particulares, veladas profesionales y Pad Thai como desayuno. En el día 8 oficialmente ya no hay quien nos pare.

Después de nuestro entrenamiento matutino de Muay Thai y nuestro baño de hielo para recuperarnos, acudimos al centro de spa para darnos un masaje descontracturante y relajar el cuerpo de la tensión acumulada de todos estos días.

Por la tarde, ponemos rumbo al templo de Wat Chalong, uno de los templos budistas más importantes y venerados en Phuket. Participaremos en los rituales tradicionales como la quema de incienso, la ofrenda de flores y la aplicación de láminas de oro en las estatuas de Buda. Toda una experiencia.

Hoy es nuestro último día de entrenamiento, así que vamos a por una sesión doble: 2 horas por la mañana y 2 horas a mediodía.

Nos despedimos por todo lo alto. Después de un día de entrenamiento intenso y de despedirnos de todos nuestros compañeros y entrenadores, nos arreglamos y nos ponemos guapos para pasar la noche en Patong. Luces, bares y restaurantes espectaculares, todo concentrado en un espacio diminuto.

Es nuestra última noche, así que nos dirigimos a New York Bar para escuchar música en directo y despedirnos por todo lo alto.

Hora de volver a casa. Desayunamos todos juntos, disfrutando de una última comida en compañía de nuestros compañeros de viaje y recordamos los mejores momentos de estos días.

Después del desayuno, tenemos un tiempo libre para realizar las últimas compras en los mercados locales. Aprovechamos estas últimas horas para comprar souvenirs y recuerdos para llevar a casa,  dar un último paseo por las hermosas playas de Phuket o disfrutar de un relajante masaje tailandés en el spa.

A media mañana, nos reunimos en el lobby del hotel para hacer el check-out. Asegurándonos de no olvidar nada en nuestras habitaciones, dejamos el resort que ha sido nuestro hogar durante estos intensos días. Un autobús nos espera para llevarnos al aeropuerto de Phuket.

¡Es hora de regresar a Barcelona, haciendo una escala en Doha! Es el momento perfecto para seleccionar las mejores imágenes de nuestro increíble viaje de warriors y compartirlas en redes sociales para inspirar a amigos y familiares.

Es el final del viaje pero no de nuestras aventuras!